¡Hay que ver cuánta utilidad se le puede sacar a un folio doblado! Antes de que su imaginación se vaya por derroteros que tenemos previstos, añadiremos que, además de doblado, estará impreso.
El primero de los usos de los dípticos es el que se refiere al de correo comercial –tal vez el más evidente, por lo habitual que resulta encontraros con ellos en el buzón de nuestra casa—. Su eficacia está demostrada, en tanto seguimos recibiendo cada día estas comunicaciones. Si los empresarios lo usan es porque resulta rentable.
Mil y un usos
Otra utilidad es la de flyer, referido a que pueden muy bien repartirse por la calle, cerca del lugar que publicitan. Aunque el uso de los dípticos con esta finalidad no está muy extendido, en cuanto no parece que se le haya ocurrido a demasiados empresarios, no tiene por qué ser menos efectivo que el que se les da buzoneándolos.
Menos, habitual, pero también relativamente fácil de ver es emplear el díptico como “lista de precios” o de ofertas en el interior de tiendas o restaurantes. Suele aprovecharse para este fin algún impreso de la tirada que se ha buzoneado o repartido. Hablando de bares y restaurantes: en muchos de ellos el menú se reduce a un díptico, más o menos adornado, al que se ha forrado con plástico. Nada que objetar, si se ha hecho bien.
Un precio mejor que razonable
Son muchas las formas de emplear los dípticos, y nos hemos dejado muchas más. Pero todas tienen algo en común: para que sean efectivos, han de ser impresiones de calidad, como la que ofrece imprentaonline.net, con un trabajo muy profesional, rápido y económico.
Un ejemplo: si queremos imprimir 5.000 unidades, a todo color, en papel brillante de 150 gramos del tamaño total de un folio (la mitad, si lo doblamos), sólo nos costará algo menos de 4 céntimos la unidad.