No siempre lo más grande es mejor (…) dejados atrás los comentarios ante esta afirmación que nada tienen que ver con la impresión de folletos y flyers baratos, seguimos adelante. Queremos decir, con tan ambigua frase, que, si el diseño es el adecuado, un folleto de pequeñas proporciones puede ser, como poco, tan útil como otro de dimensiones mayores.
Se trata, como siempre, de adecuar la herramienta a la necesidad. La herramienta de la que hablamos mide 10,5 centímetros de alto por 7,4 centímetros de ancho. Se adecuará a marcas medianamente conocidas o a ofertas muy concretas, por lo tanto.
Poco texto e imágenes sencillas en la impresión de folletos
Sabemos que no podemos escribir demasiado texto si no queremos que el destinatario acabe por tirar nuestros folletos nada más echarle un primer vistazo, de modo que tendremos que elegir un texto breve. Apenas 2 o 3 frases muy cortas y claras.
Del mismo modo, si deseamos que se distinga bien, la imagen ha de ser muy simple: un logo o una símbolo sería lo ideal. Es más: no debemos siquiera abusar del uso del color, que daría sensación de “ahogo” a quien reciba la información. Información que, por otra parte, acabaría perdiéndose.
Entonces, ¿por qué elegir un soporte que apenas nos permite margen de maniobra en su diseño? La respuesta, en las siempre sinceras matemáticas:
Menos tamaño, más impactos
Una impresión de folletos de 50.000 ejemplares en formato A7, impresos a una cara, a todo color, en papel de 135 gramos, no costarán poco más de 350 euros. Contando con que cada folleto alcance una media de 3 visualizaciones, habremos logrado que una pequeña ciudad de 150 mil personas haya visto nuestra oferta.
Tomemos ahora un tamaño más grande, con el resto de los factores en iguales condiciones. Supongamos un A5 (21 por 14,8 centímetros). Con una cantidad de dinero similar, sólo llegaríamos a las veinte mil impresiones, menos de la mitad.
¿Qué preferimos?